Una marca 100% piurana que visibiliza el arte regional y contribuye al medio ambiente. Conoce la historia detrás de “El jardín de Carmen”

Por Jonathan

“El jardín de Carmen” es una marca como muy pocas porque tiene una visión de responsabilidad social bajo la cual fue creada.

Este emprendimiento, dedicado a la venta de plantas que son fáciles de cuidar promueve el cuidado del medio ambiente y, a su vez, revaloriza el arte piurano, pues trabaja con artesanos de la región que elaboran las macetas y con artistas que las pintan, aplicándoles diseños únicos.

Diana Farfán Tomaylla (22), creadora y dueña de “El jardín de Carmen”, resalta que a pesar de que esta aventura inició en noviembre del 2020, no fue una idea que nació gracias a la pandemia, pues ella siempre ha tenido en mente crear su propia marca y hacerla en el rubro de la jardinería.

Actualmente, ofrece 2 tipos de plantas al público, las suculentas y cactus, las cuales vienen con su respectiva maceta, una tarjeta con las instrucciones para su cuidado y otra con una dedicatoria, piedras decorativas, el sustrato y son entregadas en un packaging propio de la marca.

La propietaria de “El jardín de Carmen” señala que otro aspecto que tuvo en cuenta para posicionarse como una marca 100% piurana fue crear colecciones de Piura.

Un emprendimiento 100% piurano

El planteamiento de tener un emprendimiento con una identidad regional parte desde trabajar con gente piurana.

Diana nos comenta que hoy en día tiene como aliados a artesanos de Catacaos y Chulucanas quienes elaboran su propia arcilla para utilizarla en las macetas.

Por otro lado, los artistas encargados de hacer realidad sus sus diseños son Domingo Inga Yovera, conocido en el mundo artístico como Dinyo, y Rose Veli Vegas.

La propietaria de “El jardín de Carmen” señala que otro aspecto que tuvo en cuenta para posicionarse como una marca 100% piurana fue crear colecciones de Piura, teniendo como eje, por ejemplo, a las mujeres campesinas y, con motivo del bicentenario, lanzó macetas con lugares piuranos como la catedral, la plaza de armas, Máncora, entre otros.

Este tipo de diseños, Diana explica que mayormente captan el interés de los adultos mayores pues son el público que más las pide y los diseños más decorativos son preferidos por los jóvenes.

La marca también busca dirigirse a los niños, para lo cual creó el “kit de siembra y pintura” que consiste en una actividad recreativa donde los menores pueden ser parte del proceso de siembra y cuidado de su planta.

Los artistas encargados de hacer realidad sus sus diseños son Domingo Inga Yovera, conocido en el mundo artístico como Dinyo, y Rose Veli Vegas.

Además, promueve la creatividad de ellos animándolos a crear sus propios diseños en sus macetas.

En un rubro cada vez más competitivo, este emprendimiento destaca por los modelos y formas de las macetas que pueden ser en alto relieve, cuadradas o triangulares y los diseños peculiares.

Tanto ha gustado este trabajo, que ya hacen envíos a nivel nacional.

Hasta la fecha han logrado enviar las macetas junto con las semillas a Trujillo, Sullana, Piura y Tambogrande, mientras que las macetas solas han sido pedidas en Puno, Arequipa y Lima.

Obstáculos y ventajas

Una de las dificultades que tuvo fue buscar a los artistas y artesanos con los que iba a trabajar, pues tuvo que exponerse al riesgo de contagio del COVID-19 recorriendo varias partes de Piura.

Aunque al principio fue difícil, lo supo manejar y salió adelante con ayuda de sus padres, quienes la apoyaron desde el inicio.

Una ventaja que encontró es el haber estudiado la carrera de Comunicación en la universidad, pues ha podido aplicar todo lo aprendido y es algo que disfruta mucho.

Diana cuenta que le encanta la comunicación interna y ha podido emplearla con su equipo, que son los artesanos y artistas.

Está próxima a lanzar jardineras y, en poco tiempo, se podrá ver “El jardín de Carmen” en la e-commerce de Intercorp, gracias a un convenio que firmaron.

Entre sus principales objetivos se encuentra posicionar sus macetas en tiendas de la ciudad, hacer reconocida la marca en todo el país y, finalmente, exportar sus productos.

Considera que la marca va por buen camino, pero es crítica al decir que no está ni al 50% porque le faltan lograr muchas metas.

Si algo recomienda a los emprendedores allá afuera es que no desistan y que tengan en cuenta que no es fácil, pero tampoco imposible. “Yo creo que si puedes soñarlo, puedes hacerlo.

Siempre van a haber días buenos y malos, pero tú eres el único que puede motivarte y cuando ves los resultados, sientes una satisfacción enorme”, sostiene Diana.

 

 

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