María Elizabeth Berru López de 36 años y su hija, la estudiante de enfermería, Erika Cueva Berru son actualmente las encargadas de confeccionar tejidos hechos a mano y personalizados con el color y modelo que el cliente desee en Maritejidos. Este nombre se puso en honor de María Elizabeth Berru.
Aquí, en Maritejidos, hacen tejidos 100% a mano como, por ejemplo, amigurumis de apego, zapatitos temáticos, chalinas, gorritos, vinchas, moños, trajes, conjuntos de abrigo, entre otros. Todo personalizado.
Como cuenta Cueva Berru, la idea de emprender surgió hace ya algún tiempo atrás solo que no encontraban el momento de tomar acción.
En Maritejidos, hacen tejidos 100% a mano como, por ejemplo, amigurumis de apego, zapatitos temáticos, chalinas, gorritos, vinchas, moños, trajes, conjuntos de abrigo, entre otros. Todo personalizado.
Fue a raíz de la pandemia, cuando se quedaron sin trabajo, que hicieron zapatitos tejidos. Los primeros clientes quedaron encantados, compartieron fotos de los productos y comenzaron a recibir más pedidos; con lo que decidieron crear su página de Facebook para seguir creciendo.
“Recuerdo que al principio nuestros tejidos no tenían un buen acabado, pero con la práctica y el tiempo fuimos perfeccionándonos. Ahora nuestros nuevos clientes están muy satisfechos”, asegura Cueva.
Como se mencionó líneas arriba, los primeros tejidos que se realizaron en este emprendimiento fueron zapatitos para bebés de 0 a 3 meses y de 3 a 6 meses. En un inicio eran pocos los pedidos y las ganancias igual, pues debían invertir en hilo, crochet y demás.
Con mucho esfuerzo y dedicación más conocían de su trabajo y destacaban la buena calidad de los tejidos, el cuidado con el que realizan los productos y el amor que le ponen a cada detalle.
Luego sacaron modelos de gorritos y las personas preguntaban por ellos. “El cliente quedaba muy satisfecho y nos recomendaba a sus familiares y amigos. Fuimos creciendo poco a poco y hoy realizamos todo tipo de tejidos a crochet”, dice un de las dueñas de Maritejidos.
No obstante, con mucha tristeza admiten que tuvieron una primera decepción cuando una clienta no les contestó llamadas ni mensajes cuando llegó el momento de la entrega. Pese a que ofrecieron los productos estos ya no se vendieron.
Otro de los obstáculos que se les presentó fue el tener que invertir en materiales. “Al principio teníamos que invertir y lo poco que sacábamos lo usábamos para la sustentación de la casa”, aseguran las emprendedoras. Pese a todos estos retos, madre e hija siguieron adelante haciendo un préstamo para comprar hilos y todo lo que requerían.
Los primeros clientes quedaron encantados, compartieron fotos de los productos y comenzaron a recibir más pedidos; con lo que decidieron crear su página de Facebook para seguir creciendo.
Así, con mucho esfuerzo y dedicación más conocían de su trabajo y destacaban la buena calidad de los tejidos, el cuidado con el que realizan los productos y el amor que le ponen a cada detalle.
Recepcionaron más pedidos en Navidad y año nuevo cuando, en ese entonces, ya hacían accesorios, abrigos, amigurumis y conjuntos navideños para sesiones de fotos. “Muchas de nuestras clientas nos hacían pedido para sus bebés”, dicen madre e hija.
De recibir 5 pedidos mensuales actualmente ya tienen de 13 a 15 pedidos mensuales. En un futuro planean poner un puesto para la exhibición de sus modelos y para que las personas las visiten de manera presencial, respetando los protocolos de bioseguridad. También quieren hacer envíos a todo el Perú.
