Parda Studio: El hogar donde sonríen las cejas y pestañas de Piura

Por Jonathan

Abandonar una carrera universitaria para comenzar un sueño, que nace del alma, no es sencillo. Greys Pardo, fundadora de Parda Studio, lo sabe. Ella todavía recuerda ese momento cuando habló con sus padres sobre su deseo de dedicarse a esta rama de la cosmetología: el tratamiento de cejas y pestañas. Y aunque al principio obtuvo una respuesta negativa, ella consiguió convencer a su familia con su esfuerzo y dedicación: las huellas de su talento

A partir de ese momento se sintió realizada, completa y honesta consigo misma. Era lo que quería, lo que ella había decido hacer en su vida. Y fue así que en el 2019 nació Parda Studio, un negocio que se encarga de dar vida a las cejas y pestañas con sus tratamientos especializados.

Sus primeros clientes, comenta con emoción, fueron su familia, amigos y algunos conocidos. Luego, poco a poco, comenzaron a solicitar sus servicios nuevos clientes que con una sonrisa le demostraban su satisfacción, esa satisfacción que nace del buen trabajo.

Sin embargo, como en toda historia digna de contar, había que superar algunos retos, y uno de esos retos fue la pandemia porque llegaron momentos de incertidumbre, de dudas. Ella tuvo que abandonar su proyecto y regresar a la casa de sus padres en Tumbes. Durante ese tiempo ella pensó que se había equivocado, que pudo estudiar otra cosa, que nunca debió dedicarse a ese trabajo. Además, el dinero, que había ahorrado para tener su local, desaparecía de sus manos. El llanto acompañó a Greys, quien veía que todo se le venía encima. Hasta que un día decidió que no se iba a rendir tan fácil. Si este era su sueño, haría todo lo posible para volver a esa meta. Entonces, en julio del 2020, ella regresó a Piura y comenzó a trabajar a domicilio. Estuvo yendo de casa en casa durante tres meses, hasta que en octubre alquiló ese lugar, que está ubicado en Los Nogales Mz. S1 Lt. 23, donde hoy en día ella está trabajando de lunes a sábado, desde las 8 a.m. hasta las 5 p.m.

Greys está contenta. Es una joven que conserva esa energía y el ánimo de seguir adelante, de seguir creciendo como persona y profesional. Quizá hubo días de llanto, de pena, pero ahora solo queda la alegría del triunfo, del esmero. Parda Studio es ese local de Piura que engríe cejas y pestañas. Nació con ese interés, un interés que todavía se mantiene.

Mi curiosidad me hace preguntarle a Greys si está convencida con su trabajo, ella sostiene que sí lo está. «No cambiaría nada», confiesa mientras observa su pasado y presente. Y le creo, porque su risa natural y sincera me confirma ese sentimiento, ese latir honesto de la persona que se halla en el camino indicado, donde lo importante es, como señala ella, «sentir amor por mi trabajo».

 

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