Made By Andre: Retratando recuerdos que duran para siempre

Por Roxana Vasquez Palacios

Vender arte y que sea altamente demandado es algo que Andrea Rodriguez Barrantes nunca imaginó que sería posible y que ella misma lo haría. Esta es la historia de una emprendedora que digitalizó su talento y convirtió su hobbie en un emprendimiento que lidera con gran acogida.

Andrea Rodriguez es una comunicadora que, tal y como lo comenta en sus palabras, la competencia de habilidades en su carrera le obligó a llevar cursos de diseño gráfico en un verano, aunque, admite que el arte siempre ha sido parte de ella. “Yo siempre pintaba y dibujaba con mi lápiz y papel, era fiel a mis técnicas”.

No obstante, un buen día, le animaron a que, dado que ya tenía los conocimientos de diseño, se lance a digitalizar su arte, a su gusto y manera. Así, empezó a dar sus primeros trazos sobre una tableta digital y, sin saberlo, sin notarlo estaba trazando lo que sería Made By Andre.

Andrea Rodriguez es una comunicadora que, tal y como lo comenta en sus palabras, la competencia de habilidades en su carrera le obligó a llevar cursos de diseño gráfico en un verano, aunque, admite que el arte siempre ha sido parte de ella.

“Antes de la pandemia hice mi primera ilustración, estaba bastante siempre, pero me gustaba y se la regalé a mi enamorado”, recuerda la emprendedora. A él le encantó y fue entonces, cuando más vieron este regalo que le animaron a abrir una cuenta en redes sociales, aprovechar su alcance y darse a conocer a más.

En un inicio no se trataba de hacer una cuenta corporativa sino simplemente, “de compartir mis ilustraciones y que motiven o inspiren a más”, explica Rodriguez.

En esta línea, la emprendedora no imaginó que pronto llegaría su primer cliente. Un buen amigo quiso una ilustración, pero ofreció pagarle por ella.

En un inicio no se trataba de hacer una cuenta corporativa sino simplemente, “de compartir mis ilustraciones y que motiven o inspiren a más”, explica Rodriguez.

“Eso fue algo que me extrañó, pue son había considerado ponerle precio a lo que hago”. Aunque, lo mejor aún no pasaba, luego de algún tiempo, exactamente luego de un año, en febrero de 2021 llegaría su primer cliente desconocido, alguien que la conoció simplemente por sus redes sociales.

“Estaba nerviosa y no sabía qué precios poner, sin embargo, eso no me detuvo y con todo el miedo le pregunté a amigos del rubro cuál es el precio del mercado, me lo dijeron y arranqué”, manifiesta la comunicadora.

Con este segundo pedido, Andrea decidió hacer de su cuenta personal una corporativa con lo que estableció precios, información de mensajes preestablecidos y atención personalizada.

La emprendedora no imaginó que pronto llegaría su primer cliente. Un buen amigo quiso una ilustración, pero ofreció pagarle por ella.

Recuerda, también, que en este proceso de ventas digitales se topó con la oportunidad de vender retratos al exterior. Ocurrió una vez cuando le contactaron desde España. La emprendedora, por su puesto, quedó impresionada y trabajó con mucha ilusión aquel pedido especial.

Así, Made By Andre se internacionalizó. Igualmente, es cierto que, frente a todo este escenario, hubo retos y algunos obstáculos. ¿El principal? Dado que se trata de una emprendedora que convirtió su hobbie en negocio, se puede deducir que le costó mucho el ponerle precio a lo que amaba hacer en su tiempo libre.

Además, le costó saber cómo dirigirse a los clientes, atenderlos y, en otras palabras, hacer un negocio con un pasatiempo.

Hay quienes pierden a alguien especial y no tienen foto alguna con ellos, con lo que le escriben a Andrea para hacer un retrato que una al cliente con ese ser que ya no está. Algo que lo aprecian y valoran como ningún otro producto.

Por su parte, los clientes destacan en Andrea una artista que no solo les entrega un producto hermoso, sino que va más allá haciendo que sus recuerdos y momentos más preciados sean eternos.

Hay quienes pierden a alguien especial y no tienen foto alguna con ellos, con lo que le escriben a Andrea para hacer un retrato que una al cliente con ese ser que ya no está. Algo que lo aprecian y valoran como ningún otro producto.

En un futuro, Andrea espera seguir perfeccionando sus técnicas y estilos para poder hacer más ilustraciones propias y plasmarlas en más productos como tazas o polos.

Related Posts