La Negrita Fashion: Precios accesibles y confianza en la moda sullanera

Por Roxana Vasquez Palacios

La egresada de 25 años de la facultad de Administración, Hotelería y Turismo Sarai Judith Sandoval Olivares es la dueña de La Negrita Fashion, nombre que se debe al sobre nombre por el que la llaman familiares y amigos muy cercanos.

“Mi círculo más cercano me llama negrita, y fue entonces que pensé que ese es el nombre perfecto para representarme y a mi emprendimiento. Desde ahí nació La Negrita Fashion”.

En este emprendimiento se enfocan en la venta exclusiva de ropa de mujer como jeans, blusas, polos, peor también incluye accesorios y calzados para todos los gustos y tallas.

En este emprendimiento se enfocan en la venta exclusiva de ropa de mujer como jeans, blusas, polos, peor también incluye accesorios y calzados para todos los gustos y tallas.

Como recuerda Sandoval, la idea de emprender en este rubro se gestó cuando empezó la universidad gracias a un familiar muy cercano.

“Mi tía, que vive en Lima, me enviaba ropa y yo la mostraba entre mis compañeras de la universidad, luego con vecinas y más amigas cercanas”.

No obstante, no fue hasta el presente año, el 31 de enero de 2021 que La Negrita Fashion arrancó oficialmente como un emprendimiento de moda que la está rompiendo en Sullana.

Con el tiempo, más se daban cuenta de la amabilidad, confianza y puntualidad que había en La Negrita Fashion y que las prendas tenían alta calidad y precios accesibles.

Aunque, como todo lo que vale la pena, los inicios no fueron muy fáciles. “Al principio tenía pocas ventas. No resultaban las cuentas. Pero poco a poco y con esfuerzo el emprendimiento fue creciendo gracias a las recomendaciones de amigas y familiares”, dice la emprendedora.

Además, cuenta que dentro de lo que más le costaba cuando abrió de forma oficial La Negrita Fashion fue el saber cómo ganar clientes, pero de la manera correcta, es decir, conectando con ellos a través de la generación de confianza. Todo un reto que, al día de hoy, ya se encuentra asimilado y superado. Aunque eso no quita que día a día se aprende más.

Cabe destacar que admite que también se enfrentó a dificultades que solo fue capaz de dejar de lado por la comprensión de sus clientas. “Algunas prendas estaban falladas en cuanto a confección, pero gracias a Dios las clientas fueron comprensivas y esperaron el cambio”.

En unos años más de crecimiento la emprendedora planea tener una tienda física.

Con el tiempo, más se daban cuenta de la amabilidad, confianza y puntualidad que había en La Negrita Fashion y que las prendas tenían alta calidad y precios accesibles. Así, la publicidad se multiplicaba y más clientas llegaban.

Incluso, el pico más alto de crecimiento llegó cuando gracias a una clienta en Máncora generó que se vendan 35 vestidos blancos de La Negrita Fashion.  “Desde entonces las chicas que compraron los vestidos se volvieron clientas fieles”, asegura Sandoval. Entonces, de vender 7 prendas por semana pasó a elevarse este número a entre 20 y 25 prendas por semana.

En unos años más de crecimiento la emprendedora planea tener una tienda física. Y, a otros que se inspiren con su historia les aconseja lanzarse a la piscina.

“En el camino siempre tendremos familia, amistades que nos apoyen a crecer y nos recomienden. Todo esfuerzo tiene recompensa y más con la ayuda de Dios”, concluye.

Related Posts