Con la frase “No llenamos espacios, llenamos corazones”, se da a conocer Diente de León a su público. Este emprendimiento limeño busca contar historias de emprendimientos, familias, amigos y enamorados a través de la creación de piezas de arte.
Hasta la fecha ha hecho placas decorativas para cuartos de niños, logos de marcas, percheros, cuadros con réplicas de dibujos a mano, colgantes navideños personalizados, recuerdos de primera comunión, etc.
En esta entrevista exclusiva, su fundadora Sofía García López (34), nos cuenta cómo nació la idea, cuál es su público objetivo, qué la ayudó a crecer y qué significa el nombre Diente de León.
Creando su propio camino
En el 2014, con el nacimiento de su tercera hija, Sofía tomó la decisión de dejar de trabajar en una oficina como diseñadora de interiores para dedicarse más a su familia. “La rutina no me permitía estar cerca de ellas. Por más que hacía algo que me gustaba, no era lo que buscaba, no me llenaba. Quería disfrutar a mis hijas, verlas crecer”, indica.
Así que empezó nuevamente, desde cero. Gracias a sus años de estudio en Arquitectura y su experiencia laboral, sabía utilizar programas de diseño y tenía conocimiento sobre proporciones, combinaciones, texturas y colores.
En el 2016 elaboró su primer producto, un cuadro con réplicas de las huellas de sus hijas en yeso. Publicó el resultado en su perfil de Facebook y personas cercanas a ella le pidieron unos trabajos.
Empezó porque le gusta hacer cosas manuales, pintar, dibujar y así fue creciendo. Si bien no es amante de las redes sociales, confiesa que le ha servido mucho para dar a conocer su trabajo.
En el 2020, con la llegada de la pandemia, su negocio dio un giro. Continuó haciendo piezas, pero esta vez con diferentes significados y objetivos. Con la madera que usaba como base de sus esculturas, hizo una línea de 10 percheros y fueron un éxito. Sin embargo, su corazón le decía que no se iba a dedicar únicamente a eso.
Llegó el Día del Padre y sus hijas le hicieron un dibujo en papel al suyo. Sofía decidió replicarlo en madera y a colores y así nació una nueva idea. Poco a poco fue ampliando sus productos y creciendo. Actualmente recibe un promedio de 30 a 40 pedidos. La base de cada pieza es pino y el dibujo o diseño es calado en MDF y pintado a mano.
Personalización
A inicios de este año pensó en optimizar sus procesos y automatizarlos haciendo una web, pero se dio cuenta de que el plus de su trabajo es el trato personalizado que tiene con cada cliente para así plasmar su idea en un trabajo único.
Su público objetivo es diverso, pero comenta que la mayoría de sus clientes son mamás, como ella, que se están animando a lanzar sus propios emprendimientos.
En lo que va del 2021, ha logrado elaborar 114 logos para marcas pequeñas. “Este tipo de clientes son los que más valoro porque cuando uno empieza no tiene un presupuesto para decorar su espacio y que ellos apuesten en invertir en un trabajo hecho a mano por mí, es muy importante”, explica.
Hasta la fecha, Sofía es la encargada de toda la cadena de producción de las piezas. Ella toma pedidos, produce (diseño y pintado) y empaca. “Por mi manos y ojos pasa la pieza final”, dice.
Cuando le llega un cliente nuevo, lo primero que hace es preguntar por el contexto y objetivo del trabajo, es decir, si servirá para decorar el cuarto de un bebé, será un logo de una empresa, etc. Enseguida averigua las medidas, temática y colores que le gustaría plasmar al cliente. Una vez tiene toda la información, hace el diseño en su computadora y lo envía a la persona interesada para que lo confirme. Por último, un día antes de la entrega, envía una foto del producto final.
Cuando uno empieza no tiene un presupuesto para decorar su espacio y que ellos (emprendedores) apuesten en invertir en un trabajo hecho a mano por mí, es muy importante».
La clave del éxito
Después de tantos años en el mercado, Sofía sostiene que la clave para mantenerse son las recomendaciones. Gracias a su buen trabajo que se vio reflejado en la satisfacción de los clientes, nunca se ha visto obligada a hacer publicidad en redes sociales o Google porque no le han faltado clientes.
Para ella, el éxito no viene acompañado de números como la cantidad de seguidores, sino que está guiado por las personas que llegan a ella después de haber visto su trabajo en uno de sus anteriores clientes.
De ahí viene el significado de Diente de León. “Le puse el nombre al inicio. El diente de león es una planta que crece en cualquier terreno. Tú soplas y donde caen las pelusas vuelve a crecer. Cuando hago una pieza, sé que alguien más lo va a ver y le gustará”, nos cuenta Sofía.
En cuanto a sus planes a futuro, quiere lanzar su web y tener ahí piezas en stock. Para el próximo año, está pensando en contratar un ayudante y ver la manera de posicionar sus piezas en tiendas de provincia para llegar a más personas.
