Dermatóloga Alejandra Deza: La familia en el centro de todo

Por Miguel Angel C

Con una sonrisa amigable y voz delicada –como sus manos cuando trabaja- nos saluda la doctora Alejandra Julissa Deza Medina, destacada dermatóloga quien ha trascendido por su amor en lo que hace, así como por la ética y valores que rigen su profesión. Los inicios de Alejandra distan de verse inmersos en la vida, salud y el cuidado de quien lo necesite; puesto que pensaba dedicarse toda su vida a ser una abogada tan buena como su padre.

En 4to de secundaria conoció la biología y se enamoró de ella. Sin embargo, no tuvo el apoyo que pensaba. “Nadie, salvo mi padre, quería que estudie medicina porque era una carrera muy larga, no para una mujer, me decían”, cuenta la dermatóloga.

Pero a los 15 años, cuando terminó el colegio, siendo la Excelencia de su promoción, esta arequipeña decidida postuló a dos universidades: la Universidad Nacional de San Agustín a medicina y la Universidad Católica de Santa María a odontología, que era la carrera que su familia quería para ella. Ingresó a ambas universidades y a medicina en el examen de primeros puestos. Fue entonces cuando inició su viaje en la carrera que tanto anhelaba.

¿Y sus planes de ser madre? Para ella se trata de organización. No siempre es fácil pues, como explica, es difícil pasar tiempo con sus hijos y luego dejarlos para salir a trabajar. No obstante, ambos, la doctora Deza y su esposo, el doctor Pedro Izquierdo, médico de Familia, han sabido balancear el rol de ser padres con el que cumplen en su profesión, poniendo a la familia siempre en primer lugar.

“Vengo de una educación familiar muy unida donde papá y mamá nos llevaban y recogían del colegio, comíamos juntos y había siempre tiempo para escuchar a los demás. Tuve una infancia muy feliz, llena de amor y ternura, lo cual siempre he querido y buscado también para mis hijos”. Es esta la razón principal por la que dejó Lima y el hospital Essalud Alberto Sabogal Sologuren y pidió su cambió al hospital de Sullana, provincia donde laboraba su esposo. “Muchas personas me decían que era una locura pues nadie deja la capital, ni un hospital de nivel IV. Al contrario, todos quieren ir, pero yo sabía que mi lugar estaba y estará con mi familia”. Es así que desde hace 8 años Sullana se ha convertido en su hogar para educar y formar a su familia.

A las jóvenes que se sientan atraídas por la medicina hoy Alejandra Deza les envía un claro mensaje. “Lucha siempre por lo que quieres, nunca dejes de perseverar. Recuerda que QUERER ES PODER”.

En un futuro la doctora Deza planea ampliar su actual consultorio en la Clínica Inmaculada – Sullana, seguir expandiendo sus horizontes en la clínica Carita Feliz, Piura y continuar capacitándose para brindar el servicio, atención y cuidados que merecen sus pacientes. “Siempre estoy en constante aprendizaje. Si debo salir de Perú a aprender, pues viajo sin dudarlo”. El 2019 la doctora viajó una vez al mes a Argentina para asistir a un diplomado únicamente de psoriasis. Este año tiene planeado realizar otro pero, esta vez, sobre láser y energías lumínicas.

“Dicen que nadie es profeta en su tierra, doy fe de ello. Mi gratitud eterna a Sullana que me permite conjugar la ecuación mágica mamá = esposa = dermatóloga”.

“Arequipa es mi ADN, Sullana mi corazón”, puntualiza la doctora Alejandra Deza, recordando que el 2019 tuvo el honor de ser jurado en el evento de Miss Sullana, su amada provincia.

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