Al empezar y mientras se va construyendo el camino empresarial, cuidar las cuentas es algo a lo que muchos empresarios y emprendedores temen.
Puede que surjan dudas sobre en qué gastar más, qué es prioritario o cómo organizar las finanzas.
Como emprendedor este contexto se puede volver terreno peligroso pues los emprendedores tienen una especie cuya reacción natural es exagerar los ingresos y menospreciar los gastos durante sus comienzos. Ambas decisiones son erróneas y pueden costarte el negocio.
En la partida de ingresos deberemos aplicar una visión realista a la vez que ambiciosa; todo en su justa medida.
Pecar de ser excesivamente cuidadosos puede traer tantos problemas como pasarse y pensar que vamos a venderlo todo en nada.
Cuando se hace un presupuesto no conviene quedarse corto; es mejor dejar un margen, de lo contrario el crecimiento de la empresa se puede estancar al quedarse ésta sin liquidez.
Para calcular lo que se va a gastar en el primer año habrá que tener en cuenta, entre otras cosas, tanto el volumen de ventas como el precio del producto o servicio.
Al hacer la previsión aconsejamos hacer una valoración de los siguientes aspectos, y tomarlos como guía:
- El público objetivo: quién es, cuánto quiere gastar, segmentarlo por edades, género, etc.
- La competencia: qué parte del pastel puedes quedarte y “robarles”, qué valor añadido aporta tu empresa.
- Los proveedores: conocer a los principales del sector y hacer una comparativa de cuanto cobran. Lo que te cuesten los proveedores determinará el coste de tu producto y también el margen de beneficios.
- El precio: en función de si el producto es nuevo o copiable, se podrá jugar a la alza o a la baja con el precio. Cuanto más exclusivo e inimitable; más caro.
- La estacionalidad: todos los negocios tienen picos y bajadas estacionales, encuentra cuáles serán los tuyos.
- Los beneficios: en función de lo que ya tienes, realiza la resta entre el precio final del producto y el coste para saber lo que vas a ingresar. De ahí deberás sacar beneficios, aunque el primer año puede que el margen sea nada o muy poco.
Por otro lado, en cuanto a la partida de gastos se refiere el plan contable en el que se establecen los gastos de la actividad; necesarios para obtener ingresos. En esta partida hay ocasiones que se pasan por alto ciertos gastos, así que estos son los más importantes:
- Logística y proveedores: en función de los costes de proveedores y de la cadena de suministro, los ingresos pueden ser mayores o menores, ya que es una parte del proceso que pueden encarecer mucho el producto por el simple hecho de que no depende de tu empresa. Valora todos los costes que pueden surgir de esta parte de la producción: retrasos, quejas, devoluciones, cambios, etc.
- El coste de adquirir clientes: incluye los costes de marketing y comunicación.
- Costes de la financiación: cuando se depende de financiación externa hay que sumar los costes de las cuotas y los intereses.
- Las inversiones: son algo inevitable. Nos referimos a los costes de adquirir el material para crear el producto (maquinaria, vehículos, etc), así como los alquileres de oficinas, los ordenadores, patentes, etc.
- Costes operativos: se trata de establecer un ratio geográfico en el que va a operar nuestra empresa y cuánto dinero va a costar tener presencia en toda esa zona; ya sea con tiendas, por envíos, etc.
- Costes de suministros: se refiere a los gastos por la luz, el agua, la gasolina, los teléfonos móviles, etc.
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