La comida saludable y los negocios siempre han sido parte de la vida del fundador de All Protein, Francisco Mendo. Desde que tenía 11 años, él cuenta que solía vender los sándwiches o hamburguesas que le enviaban en el refrigerio y, con el dinero recaudado, compraba frutas u otros alimentos sanos. Ahora, nueve años después, es dueño de un emprendimiento consolidado que ofrece snacks y postres naturales, sin conservantes ni químicos.
Con recetas propias y sabores que desafiaban que “lo saludable no puede ser rico”, All Protein se convirtió en pionero en el mercado de la repostería saludable al comenzar sus operaciones en el 2017.
El primer postre que lanzó fue el budín de avena. En ese entonces trabajaba como entrenador en un gimnasio, así que aprovechó en ofrecerlo a los chicos que acudían ahí. Todo lo que ganaba, lo invertía en nuevos insumos, recetas y postres. Poco a poco fue teniendo más alcance y para ello Facebook jugó un papel importante. Empezó a vender hasta 3 budines a la semana y agrandó su cartera de productos con las galletas y barritas de proteína.
Confiesa que llegó un punto en el que tuvo que poner en una balanza su trabajo como entrenador, su carrera de medicina y su amor por la repostería saludable. “Lo puse en una balanza. No podía dejar que mi sueño se derrumbe. En ese momento dije médicos hay muchos y personas que ofrezcan postres saludables no. Decidí luchar por mis sueños y ayudar a personas que no pueden darse un gusto ya sea por dieta o un tema de salud”, indica Francisco.
Potenció su idea y poco tiempo después, su emprendimiento despegó. ¿El causante de ello? Su famoso “brownie fit”. El fundador de All Protein asegura que esa implementación en la carta, lo cambió todo. Pasó de vender 6 brownies diarios como máximo a un promedio de 15. A la fecha sigue siendo uno de sus productos estrella, como él mismo explica “no hay día que no se vendan 10 como mínimo”.
Tiempo para delegar
La pandemia cambió muchas cosas en All Protein. Una de ellas fue la incursión de los postres en porciones, ya que las personas no contaban con el mismo presupuesto que antes. Otro gran paso que dio su fundador fue empezar a delegar las funciones. Durante los primeros años, Francisco se encargaba de todo: comprar los ingredientes, cocinar, hacer el delivery, manejar las finanzas, etc. Aún recuerda cómo recorría Chiclayo, José Leonardo Ortiz y La Victoria en su bicicleta entregando los pedidos. Dormía de 4 a 6 horas, y al día siguiente repetía su rutina.
Con el inicio del aislamiento social, se vio obligado a buscar personas que lo ayudaran en el reparto y la cocina, principalmente. Hoy en día, ya cuenta con un equipo de confianza, por lo que se puede enfocar en el negocio y algunas estrategias para el crecimiento del negocio.
En cuanto a la demanda, se mantiene alta. Al mes, tiene entre 30 a 50 pedidos de postres enteros, mientras que vende alrededor de 200 porciones. Sin embargo, en los días festivos estas cifras aumentan. El 14 de febrero, por ejemplo, ganó un total de S/3,500 solo en un fin de semana. Los productos más pedidos dentro de su extensa carta, además del brownie, son: pie de lúcuma, fresa, arándano, torta de choco maní y de vainilla.
Un día en All Protein
Francisco comienza su jornada laboral a las 9:00 a.m. y termina solo cuando dejó todo limpio a las 9:00 p.m. Durante la mañana aprovechan en preparar los postres y anuncian en sus redes sociales la carta del día. A las 2:30 p.m. ya está todo listo y arrancan con la venta. Al preguntarle por su público objetivo, él me contesta que atienden a todas las personas, ya sea un estudiante que está en clases en su casa o un adulto haciendo teletrabajo. La idea es que todos puedan disfrutar de un snack o dulce nutritivo.
Los pedidos más especiales que ha recibido son aquellos que vienen de personas que tienen algún impedimento. “A veces nos llaman y nos dicen que desean un postre para alguien con dolor de estómago, gastritis, diabetes o para una mamá que está en cama y no puede comer cualquier dulce”, indica.
Para el fundador de este emprendimiento que ya tiene más de 7 mil seguidores en IG, la clave del éxito ha sido la perseverancia. All Protein no se hizo de la noche a la mañana, sino que llevó años de prueba y error, arriesgar y confiar. Él mismo explica que hay dos tipos de emprendedores, los que se hacen del corazón y por más que se les venga el mundo abajo, siguen luchando por sus sueños; y otros que surgen en el momento y al primer obstáculo, se retiran. Definitivamente podemos decir que Francisco pertenece al primero.
“Cuando apuntas al éxito trata de mirar al frente y no a los costados”, sostiene Francisco, y eso es lo que está haciendo All Protein. A pesar de que la competencia es fuerte, seguirá probando nuevas recetas, agregando nuevos sabores y alegrando a cada uno de sus clientes.